CAPÍTULO CUATRO ᅳ quedaremos a las nueve

song of the chapter
﹙good old-fashioned
lover boy, queen﹚

📍 Soho, Londres
📆 1933 (Años terranos)

Dos semanas después

   Crowley se despertó con un dolor de cuello terrible, estaba listo para quejarse y gruñir, pero abrió los ojos y se encontró con Azalea, plácidamente dormida. La televisión se había apagado sola, después de haber estado todo el día viendo todas y cada una de las películas consideradas clásicos.

ᅳOh, estás despierto. Genial ᅳdijo Azirafel, bajando las escaleras. Crowley le miró con mala cara poniendo un dedo sobre sus labios mientras señalaba a Azaᅳ. Ay, perdón.

Azirafel se encogió un poco y bajó con cuidado las escalerasᅳ ¿Sabes? Es la primera vez que te veo tan preocupado por alguien.

Crowley volvió a mirarlo mal.

ᅳCállate ᅳdijo, en un susurró, pero aún mostrando el cabreo.

Fell arqueó las cejas, acababa de corroborar todo lo que llevaba pensando las últimas semanas. Sabía que Azalea no tenía ni idea de nada de aquello, llevaba en el Cielo toda su vida y no tenía ni idea de relaciones humanas.

ᅳOye Crowley ᅳhabló en tono normal, haciendo que Crowley casi le lanzara un libroᅳ. ¿Cuánto tiempo llevas sin ir a tu piso? ¿Sin regar a tus plantas?

Crowley se puso de pie al instante, con una mirada de terror en los ojos.

ᅳ¡Joder, mis plantas! ᅳexclamó. Aza se despertó en ese instante y Crowley se sintió culpable por elloᅳ. Siento haberte despertado, princesa.

Aza había notado como a lo largo de esas semanas la forma en la que Crowley pronunciaba aquel apodo iba mudando de algo burlón y para molestar, a algo más dulce e íntimo. Aza no entendía completamente aquello, pero le gustaba.

Aza y Fell siguieron a Crowley con la mirada mientras salía corriendo de la tienda, iba hasta su Bentley y lo arrancaba a toda potencia.

ᅳBien, ahora que se ha ido ᅳAzirafel tomó la palabra, sentándose en frente de Aza, donde se solía posicionar Crowleyᅳ. Tú y yo tenemos que hablar muy seriamente.

ᅳOh ᅳdijo Aza, entre bostezosᅳ. ¿Sobre Crowley?

ᅳ¡Claro! ¿De quién sino?

Aza adoraba a Azirafel con toda su alma, era la definición de ángel personificada y tenerlo cerca era como tener un cachito de Cielo a su lado, que la hacía sentir un poco más cerca del mundo que había dejado.

ᅳLo he estado meditando y como Crowley me ha dicho que te va a llevar al Ritz, he pensado que a lo mejor necesitabas ropa nueva ᅳApretó los labios, y los dos vieron como ella seguía llevando su atuendo blanco y azul claro.

ᅳPuede que sí ᅳconcordó Aza, apretando los labios.

ᅳ¡Genial! ᅳFell sonrió al instanteᅳ. ¿Crees que podrás levantarte?

Azirafel le había contagiado el entusiasmo.

ᅳ¡Sí! La situación lo requiere así que no veo porqué no ᅳAza se encogió de hombros, restándole importancia

・🍷・

Crowley no había podido dejar de darle vueltas a lo que había dicho Azirafel. No estaba tan preocupado por Azalea, al menos no mucho. Estaba preocupado lo justo y necesario por ella. Solo le preocupaba un poquito, lo mínimo posible. Y solo porque sentía cierta empatía hacia ella. Él había estado en su mismo lugar, hacía ya demasiados milenios, y no había tenido a nadie que le ayudará.

Había pensado que ya lo tenía superado, todo aquel trauma y mal trago que tuvo que pasar. Había conseguido una frágil existencia en la Tierra que valía mucho la pena. El único problema era que no sabía si Azalea la mejoraría o la empeoraría.

Llegó a la librería casi una hora después, encontrándose con el cartel de Azirafel "muy cerrado". Abrió las puertas igualmente con un movimiento de dedos, encontrándose con la librería totalmente vacía. Ni siquiera Aza estaba allí.

Sabía que Azirafel había tenido algo que ver con aquello, él no tenía ni idea lo que tardan las alas en sanar. Crowley intentó no enfadarse, subió las escaleras de dos en dos escalones, y se preparó el té que le había estado preparando a Azalea todos los días, para controlar su rabia.

Eventualmente, escuchó como la puerta de la librería se abría, y como todo el espacio se llenaba de la conversación entre Azirafel y Azalea. Practicamente tiró el té a la pila y bajó corriendo las escaleras.

ᅳ¡Aza! ᅳexclamó él, con una clara preocupación en su voz. Igualmente, ella pensó que él estaba realmente ilusionado por verla.

Se deshizo de sus gafas y antes de alcanzarla le dirigió una mirada casi mortífera ha Fell, articulando algo que ella no entendió.

ᅳTus alas. Déjame ver tus alas ᅳmusitó Crowley. Temía que se hubiera levantado demasiado pronto y sus heridas se hubieran abierto.

Aza frunció el ceño, se giró y las extendió, revelando a Crowley que estaban perfectas. Él dejó salir un suspiro largo y pasó la mano por la esquina de un ala, causándole a Aza un pequeño escalofrío.

Aunque el miedo se había desvanecido, aún tenía un resquicio de cabreo, sobre todo hacia Azirafel. Se dirigió hacia él, con un paso decidido.

ᅳ¿En qué estabas pensando? ¿Levantarla y además llevarla fuera? ¿Tú sabes los problemas que podrías haber causado? ᅳescupió Crowley. Fell abrió la boca, pero Aza fue más rápida.

ᅳNo soy una mascota, Crowley. Llevo observando a los humanos desde que existían, puede que no sepa tanto como vosotros, pero tampoco soy una amenaza para ellos.

Crowley mantiene el contacto visual, intentando decirle que los humanos le importan bien poco, que es ella la que le preocupa. Pasan varios segundos mirándose hasta que Crowley decide girar sobre sus talones y subir escaleras arriba.

Azalea suelta un suspiro, chasquea la lengua y lo sigue.

Crowley subió los escalones de tres en tres, cuando Aza llegó, él ya se estaba haciendo un café, descartando la idea del té totalmente. Aza piensa en enfrentarlo, en decirle porque estaba tan sensible, pero sabía que solo lo empeoraría.

ᅳ¿Cómo están tus plantas? ᅳpregunta, apoyándose en la pared enfrente de Crowley. Él le da la espalda, intentando concentrarse en la cafetera. Al no recibir ni un ruidito de respuesta, Aza sigue hablandoᅳ. A mí me encantan las plantas, podía ver las que había en el Jardín del Eden desde mi trono. Sobre todo las rosas rosas. ¿No es gracioso? Rosas rosas. Me encanta decirlo.

Aza escuchó como Crowley reía un poco, intentando disimular una risa más grande y se dio por satisfecha.

ᅳPrefiero las plantas sin flores, solo con hojas ᅳmusitó, sirviéndose el café.

Por culpa de sus condición, apenas podía ver colores. Sabe que los ojos de Aza son rosas gracias a sus interacciones en el Cielo antes de su caída, aunque parecía que ella no se acordaba de aquello.

Se sentó con su café y Aza lo imitó, sentándose en frente de él.

ᅳ¿Ropa nueva? ᅳpreguntó Crowley, fijándose en el sombrero que no se había quitado desde que entró.

Solo aquella pregunta hizo que Aza empezara a contar cada detalle de las cosas que había visto hoy que le había impresionado sobre la Tierra.

ᅳY pasamos por delante de unos cines, ¡que resulta que son unos sitios donde la gente va a ver películas! Pero en lugar de ser esa tele pequeñita es una pantalla enorme. ¿No es increíble?

Aza no había dejado de sonreír ni un segundo, contagiándole poco a poco la sonrisa a Crowley, que había dejado el café de lado para prestarle total atención a Aza.

ᅳLo es ᅳasintió, mordiéndose la mejilla para no expandir su sonrisa más, aunque no se esperaba lo que Aza iba a decir tras aquello.

ᅳPodríamos... podríamos ir. Hoy ᅳElla rompió todo el contacto visual con Crowleyᅳ. Si tu quieres, claro.

Crowley nunca fue el mayor fan de las salas de cine. Le encantaban las películas, sí, ¿pero estar dos horas metido en una habitación con decenas de desconocidos, compartiendo aire? No era lo suyo.

ᅳClaro que sí. Me encantaría.

NORA IS (S)TALKING . . .

aggghhh que sola estoy por dios

quien le diría a azirafel que iba a adoptar a un demonio con problemas de comunicación y a una demonio en negación que se comunica demasiado pero sin saber hacerlo.

en fin, aza y crowley de ahora es todo lo que aspiro para una relación (aunque por ahora todo sea platónico ksksks)

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Os amo<22